martes, 24 de julio de 2012

Diseñar programas de apoyo y seleccionar escuelas o grupos de estudiantes para participar en ellos

Los resultados de las evaluaciones estandarizadas pueden tener numerosas aplicaciones, en los siguientes párrafos se muestra cómo se los utilizó, para diseñar programas educativos.



Las evaluaciones también han permitido identificar áreas más específicas donde se experimenta problemas, analizar las posibles causas de éstos y diseñar programas experimentales o generales que pudieran servir para superarlos - así como identificar y seleccionar poblaciones objetivo o instituciones educativas que puedan ser beneficiarias de esos programas.

 Típico ejemplo de estos programas se dio en Chile, cuando los resultados de las pruebas SIMCE mostraron grandes brechas de rendimiento entre escuelas privadas, subvencionadas y municipales y se dio inicio como una estrategia de emergencia al "P-900" -el "Programa para 900 Escuelas Ayudando a los Pobres". El 10% de escuelas con el rendimiento más bajo en cada una de las regiones del país y con grandes proporciones de estudiantes pobres urbanos y rurales de nivel primario fue invitado a participar en actividades del programa – inicialmente concentradas en remodelar aulas y abastecer de equipo básico, libros de texto y bibliotecas a las escuelas, pero luego incluyendo talleres para profesores que buscaban promover la autonomía profesional y la responsabilidad, y espacios de tutoría en grupos pequeños para estudiantes con bajo rendimiento que eran dirigidos por miembros de la comunidad. El P-900 se convirtió más adelante en un programa permanente del Ministerio de Educación, centrado en proveer servicios de capacitación de profesores/as in situ, y desarrollo profesional o capacitación en servicio de directores/as a lo largo de tres años. Empezó a incluir también escuelas de nivel secundario y abrió un subprograma especial para escuelas rurales.


El programa se fue modificando gradualmente, conforme la investigación y la práctica iban mostrando más elementos que necesitaban ser atendidos para promover cambios de manera efectiva y permanente. Sin embargo, el desarrollo de capacidades fundamentales en lectura, escritura y matemáticas – que son las áreas curriculares que el SIMCE evalúa -- se mantuvo como una prioridad. Las escuelas P–900 – que llegaron a sobrepasar las 1500 hace algunos años – fueron el foco de muchos programas específicos de mejora escolar y eran supervisadas entre 8 y 16 veces al año por funcionarios provinciales y centrales.


Similares en enfoque y objetivos han sido la iniciativa de Nivelación para la Excelencia de Bogotá, cuyas diversas actividades son guiadas por el análisis de los resultados de las escuelas en las pruebas, las escuelas de jornada completa de Uruguay establecidas preferentemente en áreas urbanas empobrecidas, surgidas de la constatación que ellas habían obtenido mejores logros en la primera evaluación nacional, la jornada completa introducida también en Chile con posterioridad.


En términos generales, las políticas de "focalización", en un contexto caracterizado por la presencia de programas económicos de ajuste estructural de corte más bien ortodoxos durante los noventa y la hasta ahora insuficiente recuperación del crecimiento económico, se ha convertido en una característica común de las políticas sociales en la mayoría de los países de América Latina. Esto requiere indicadores técnicos sólidos y socialmente aceptables con los cuales identificar las poblaciones objetivo de programas especiales de apoyo, y las evaluaciones se han constituido en un insumo importante en este sentido.


 

Extraído de
Uso de los resultados de evaluaciones educativas a gran escala en América Latina
Patricia Arregui
Grupo de Trabajo sobre Estándares y Evaluación del PREAL





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