Si bien en América Latina las evaluaciones del rendimiento
educativo se iniciaron generalmente a partir de la necesidad de informar a los
tomadores de decisiones y teniendo a ello como su principal propósito, el
contexto de resurgimiento democrático de la época y la idea de “rendición de
cuentas” que empezaba a instalarse en el discurso político también hacía
necesario satisfacer los derechos de los ciudadanos y de algunas audiencias
clave de conocer la situación y las tendencias de los resultados educativos.
Informar a la opinión pública ha sido quizás por ello el uso más común y
efectivo de las pruebas de logros de aprendizaje. Los resultados han provisto
de evidencia “dura" sobre los logros insuficientes y desiguales, han
estimulado una preocupación pública sobre el problema, y reorientado el foco de
la demanda social hacia una distribución más equitativa de oportunidades de
aprendizaje.
Aun así, en la mayoría de casos, la prensa recogió sólo los
resultados más llamativos sobre el bajo nivel de logro general, y en el caso de
las pruebas internacionales, sobre los bajos puntajes obtenidos por los
participantes latinoamericanos. A menudo se puso más énfasis en las grandes
diferencias entre las escuelas privadas y las públicas, y mucho menos en
aquéllas entre las poblaciones urbana y rural o entre niñas y niños. Rara vez
se mencionaron las diferentes características socioeconómicas y culturales de
las poblaciones atendidas por escuelas privadas y públicas, pues los informes
oficiales no incluían esa información. Por otro lado, al menos al inicio, los
funcionarios públicos rara vez estaban disponibles para analizar los resultados
y promover un diálogo capaz de orientar a la opinión pública a partir de las
evaluaciones.
Curiosa, aunque no sorprendentemente, entre las audiencias,
son quizás los padres de familia el grupo menos atendido en términos de la
provisión de información útil para monitorear el desempeño de las escuelas a
las que asisten sus hijos/as o del sistema educacional en su conjunto y para
convertirlos en agentes de cambio mejor informados. Aún hoy en día, en muchos
de nuestros países los reportes preparados por las agencias de evaluación están
más allá de las posibilidades de comprensión de la mayoría de los padres,
particularmente si se considera el bajo nivel educativo promedio hasta ahora
alcanzado por los adultos latinoamericanos. El manejo de la información por
parte de la prensa probablemente no ha ayudado a que la información publicada
se interprete de forma precisa, y las capacidades de mejorar la gestión
pedagógica e institucional en las escuelas o áreas escolares
Conclusiones
Una primera conclusión de esta rápida revisión es que los
resultados de las evaluaciones de logros de aprendizaje escolar parecen estar
siendo utilizados más de lo que usualmente se sospecha. Dada la existencia
relativamente corta de los sistemas de evaluación de la región y la
inestabilidad del compromiso político con su desarrollo, no sorprende que
algunos países utilicen los resultados en menor medida de lo que se esperaría.
Sin embargo, si se toma en cuenta la seria escasez de recursos para el
mejoramiento educativo y la existencia de muchos programas valiosos que valdría
la pena financiar, parecería necesario redoblar los esfuerzos para dar un uso
adecuado a los resultados de las evaluaciones.
Aunque la mayoría de países latinoamericanos no iniciaron el
desarrollo de sus sistemas de evaluación con ideas claras sobre los usos que se
podría dar a los resultados, una vez que empezaron a recoger información fueron
encontrando diversas maneras de usarla. Así, por ejemplo, se la información ha
sido utilizada para: el diseño e implementación de políticas; la asignación de
recursos; para estimular cambios pedagógicos y promover la responsabilización
entre varios actores e instituciones educativas. Ha habido además una
considerable evolución en la forma de presentar los resultados a diversas
audiencias, y cada vez se está dando mayor atención a la necesidad de incluir
información sobre factores de contexto que deben ser tomados en cuenta al
momento de interpretar los resultados. Ciertamente, también se han dado casos
de usos no legítimos o válidos, especialmente para “responsabilizar”
principalmente a los docentes y a sus gremios por los bajos logros de
aprendizaje generalmente registrados.
Dado que en muchos lugares la prensa se ha convertido en el
principal comunicador de los resultados a profesores/as, padres y tomadores de
decisiones, es claro que no se ha realizado esfuerzos suficientes para educar a
los medios de comunicación de modo que éstos se conviertan en aliados de los
esfuerzos para movilizar al público en apoyo de la educación, en vez de actuar,
conscientemente o no, como enemigos del sistema público. Esto requerirá que la
mayoría de agencias de evaluación asigne una cantidad considerablemente mayor
de recursos que los que se ha estado invirtiendo en esfuerzos de difusión
(tiempo del personal para definir claramente los principales mensajes que deben
ser transmitidos al público en general a través de la prensa; tiempo para
responder a interpretaciones incorrectas o no deseables de los resultados de
las pruebas; así como más dinero).
Aunque recién está empezando, el efecto de los resultados de
las pruebas en la renovación curricular y el establecimiento de estándares
también parece prometedor – cabe notar que muchos países pusieron en marcha sus
sistemas de evaluación al mismo tiempo en que daban inicio a reformas curriculares
cuya llegada a las aulas aún tenía que ser asegurada. Sin embargo, el diseño de
las pruebas aún necesita mejorarse para permitir investigaciones adicionales de
las implicancias pedagógicas de sus resultados. La posibilidad de utilizar los
resultados para mejorar la planificación a nivel de las escuelas también está
emergiendo como una línea de acción interesante, y requerirá de aplicaciones de
tipo censal o de la provisión de instrumentos para la autoevaluación y el
análisis colectivo de los resultados.
Otra manera en que las evaluaciones pueden contribuir a
mejorar el desempeño docente y los logros de aprendizaje, es la producción de
materiales para el desarrollo profesional que estén basados en análisis
detallados de los resultados de las pruebas - y la generación de espacios
institucionales y eventos de capacitación en los cuales éstos puedan ser
apropiados y usados a cabalidad. El análisis de ítems seleccionados de las
pruebas que es difundido por las agencias de evaluación, con frecuencia ha
facilitado entre los profesores la reflexión sobre sus propias expectativas
para el aprendizaje de sus estudiantes, así como la reconsideración por parte
de los especialistas de cuán adecuados son los objetivos de aprendizaje que han
definido para varios grados. El acceso directo a los instrumentos de evaluación
también parece una poderosa manera de aliviar los temores y prejuicios
existentes sobre la gama supuestamente limitada de habilidades que las pruebas
pueden evaluar. Hoy en día, incluso los ítems de opción múltiple pueden
explorar procesos de razonamiento complejos y pueden servir para identificar
fuentes de error ligadas a las prácticas de aula - algo que los opositores de
las pruebas suelen negar.
Sin embargo, si se quiere asegurar el éxito de las
estrategias de difusión y uso de los resultados, se tendrá que prestar mayor
atención a las culturas organizacionales -tanto a nivel de las escuelas como en
los niveles intermedios de la administración educativa. Las directrices
tradicionales de tipo vertical (top-down) con frecuencia han fallado en tener
los resultados anticipados cuando los intereses burocráticos y profesionales
aparecen amenazados por la nueva información disponible. Ninguno de los aportes
potenciales de las evaluaciones externas se podrá materializar si no hay
terreno fértil en las instituciones que permita cultivar prácticas de
evaluación interna y de planificación pedagógica que se nutran de los insumos
que aquellas pueden proveer.
Extraído de
Uso de los resultados de evaluaciones educativas a gran
escala en América LatinaPatricia Arregui
Grupo de Trabajo sobre Estándares y Evaluación del PREAL
Publicaciones recomendadas
La
calidad requiere liderazgoEl aprendizaje cooperativo
Perversiones audiovisuales
No hay comentarios:
Publicar un comentario