Las
pruebas PISA miden el rendimiento escolar relacionado con las “competencias
científicas” de los alumnos de 15 años ¿Qué significado se otorga a “Educación
en ciencias”? Los siguientes párrafos nos dan la explicación de los
organizadores.
El término
competencia científica ha sido elegido por las siguientes razones: es aceptado
como un término que representa las metas de la educación en ciencias que son
aplicables a todos los estudiantes; connota la gran amplitud y el carácter
aplicado que tiene como objetivo la educación en ciencias; representa un
continuo que engloba tanto el conocimiento científico como las habilidades
científicas asociadas a la investigación en ciencias; incorpora una
multiplicidad de dimensiones e incluye las relaciones entre la ciencia y la tecnología. En su
conjunto, las competencias específicas que constituyen el núcleo de la
definición caracterizan los fundamentos de la competencia científica en su
sentido más amplio, así como el objetivo de la evaluación en ciencias de PISA
2006, que no es otro que evaluar el nivel de competencia alcanzado por los
alumnos.
A efectos de la evaluación PISA
2006, el concepto de competencia científica2 aplicado a un individuo concreto
hace referencia a los siguientes aspectos:
• el conocimiento científico y el uso
que se hace de ese conocimiento para identificar cuestiones, adquirir nuevos
conocimientos, explicar fenómenos científicos y extraer conclusiones basadas en
pruebas sobre temas relacionados con las ciencias;
• la comprensión de los rasgos
característicos de la ciencia, entendida como una forma del conocimiento y la
investigación humanos;
• la conciencia de las formas en que la
ciencia y la tecnología moldean nuestro entorno material, intelectual y
cultural;
• la disposición a implicarse en asuntos
relacionados con la ciencia y a comprometerse con las ideas de la ciencia como
un ciudadano reflexivo.
Las observaciones
que siguen contribuirán a clarificar esta definición.
Competencia científica
El empleo del
término «competencia científica» en lugar del término «ciencia» pone de relieve
la importancia que concede
Según esta
definición de la competencia científica, el conocimiento entraña mucho más que
la capacidad de recordar información, hechos y nombres. La definición hace
referencia tanto al conocimiento de la ciencia (el conocimiento del mundo
natural) como al conocimiento acerca de la propia ciencia. El primero de ellos
comporta la comprensión de los conceptos y las teorías científicas
fundamentales, mientras que el segundo implica comprender la naturaleza de la
ciencia como actividad humana, así como el poder y las limitaciones del
conocimiento científico. Las cuestiones que se han de identificar son aquellas
a las que puede dar respuesta la investigación científica, lo cual, una vez
más, requiere un conocimiento acerca de la ciencia y un conocimiento científico
de los temas pertinentes. Especial relevancia para la definición de la
competencia científica tiene el hecho de que, a la hora de adquirir nuevos
conocimientos, las personas en muchas ocasiones no pueden llevar a cabo sus
propias investigaciones, sino que deben acudir a otras fuentes, como son las
bibliotecas o Internet. Extraer conclusiones basadas en pruebas supone
seleccionar y evaluar la información y los datos, sabiendo reconocer al mismo
tiempo que a menudo no se dispone de información suficiente para extraer una
conclusión definitiva, lo cual obliga a especular sobre la información
disponible de forma consciente y con la debida cautela.
Los rasgos
característicos de la ciencia, entendida como una forma del conocimiento y la
investigación humanos
Como ya se ha
señalado, la competencia científica implica que los alumnos deben tener un
cierto conocimiento de la forma en que los científicos obtienen datos y
plantean explicaciones, así como la capacidad de reconocer los rasgos
esenciales de las investigaciones científicas y los tipos de respuesta que es
razonable obtener por medio de la ciencia. Deben saber, por ejemplo, que los
científicos recurren a la observación y los experimentos para recopilar datos
sobre los objetos, los organismos y los sucesos del mundo natural. Esos datos
se utilizan luego para proponer explicaciones que pasan a ser del dominio
público y pueden ser empleadas en diversos tipos de actividades humanas. De
hecho, la recogida y la utilización de datos constituyen dos elementos clave de
las ciencias. La recogida de datos, en concreto, se guía por ideas y conceptos
(a veces planteados en forma de hipótesis), y conlleva las nociones de
relevancia, contexto y precisión, así como el carácter provisional de los
conocimientos postulados, la receptividad a la revisión escéptica, el empleo de
argumentos lógicos y la obligación de establecer nexos con el conocimiento
actual e histórico y de dar cuenta de los métodos y procedimientos empleados
para la obtención de pruebas.
Las formas en que la
ciencia y la tecnología moldean nuestro entorno material, intelectual y
cultural
Los puntos clave de
esta afirmación residen en la idea de que la ciencia constituye una empresa
humana y que dicha empresa ejerce una notable influencia en nuestras sociedades
y en nosotros mismos como individuos. La categorización de empresa humana es
aplicable asimismo al desarrollo tecnológico (Fleming, 1989). Aun cuando la
ciencia y la tecnología difieren hasta cierto punto en sus objetivos, procesos
y realizaciones, lo cierto es que se encuentran estrechamente relacionadas y,
en muchos aspectos, resultan complementarias. A este respecto, la definición de
competencia científica que aquí se postula incluye tanto la naturaleza de la
ciencia y la tecnología como sus relaciones de complementariedad. A través de
las políticas públicas, los individuos tomamos decisiones que influyen en la
orientación de la ciencia y
La disposición a
implicarse en asuntos relacionadas con la ciencia y a comprometerse con las ideas
de la ciencia como un ciudadano reflexivo. El alcance de los significados que
conlleva la primera parte de esta aseveración va más allá de la mera toma de
apuntes o la realización ocasional de alguna práctica científica. Implica que
se mantiene un interés continuado por la ciencia, que se tienen opiniones sobre
ella y que se participa en actividades actuales y futuras de carácter
científico. La segunda parte de la aseveración cubre varios aspectos de las
actitudes y los valores de los individuos en relación con la ciencia. La frase hace
referencia a una persona que se interesa por los temas científicos, piensa en
temas de carácter científico, tiene interés en cuestiones relacionadas con la
tecnología, los recursos y el medio ambiente, y reflexiona sobre la importancia
de la ciencia desde una perspectiva personal y social.
Como no podía ser de
otra manera, la competencia científica recurre a la competencia en matemáticas
y en lectura. La competencia lectora, por ejemplo, puede resultar necesaria
para que un estudiante demuestre su comprensión de la terminología científica.
De modo similar, en un contexto de interpretación de datos, pueden ser
necesarios diversos aspectos de la competencia matemática. Si bien la
intersección de estas otras competencias con la definición y la evaluación de
la competencia científica de PISA 2006 es algo inevitable, en el núcleo de cada
una de las tareas de evaluación deberá haber siempre determinados aspectos que
pertenezcan de manera inequívoca al campo de la competencia científica.
En comparación con
la definición de competencia científica de las evaluaciones PISA 2000 y 2003,
la definición de 2006 presenta un mayor grado de elaboración, así como una
serie de mejoras. En las anteriores evaluaciones, donde las ciencias eran un
área secundaria, la competencia científica se definía en los siguientes
términos:
La competencia
científica es la capacidad de utilizar el conocimiento científico, identificar
cuestiones científicas y sacar conclusiones basadas en pruebas con el fin de
comprender y ayudar a tomar decisiones relativas al mundo natural y a los
cambios que ha producido en él la actividad humana (OCDE, 1999, 2000, 2003a).
Las aseveraciones
iniciales de las definiciones de 2000, 2003 y 2006 son sustancialmente las
mismas, puesto que en todos los casos se centran en el uso que hacen los
individuos del conocimiento científico con el fin de sacar conclusiones. Sin
embargo, mientras que en las definiciones de 2000 y 2003 el conocimiento de la
ciencia y la comprensión acerca de la ciencia se englobaban dentro de la noción
de conocimiento científico, la definición de 2006 desglosa y desarrolla este
aspecto de la competencia científica mediante la adición de unos términos que
ponen de relieve el conocimiento que tienen los alumnos acerca de los rasgos
característicos de la
ciencia. Ambas definiciones se refieren luego a la aplicación
del conocimiento científico con el fin de comprender y tomar decisiones sobre
el mundo natural. En PISA 2006 esta parte de la definición se mejora al añadir
el conocimiento de las relaciones entre ciencia y tecnología, un aspecto de la
competencia científica que, si bien no se llegaba a desarrollar, se presuponía
en las definiciones anteriores. En el mundo actual, la ciencia y la tecnología
se hallan estrechamente ligadas y es frecuente que se den relaciones sinérgicas
entre ambas.
En contraposición
con las definiciones anteriores, la definición de competencia científica de
PISA 2006 se ha ampliado para incluir de forma explícita distintos aspectos de
la actitud que manifiestan los alumnos ante aquellas cuestiones dotadas de
relevancia científica y tecnológica. En suma, exceptuada la inclusión del
elemento de actitud, la definición de 2006 concuerda conceptualmente con la
definición de 2000/2003. Otros cambios, como son el desarrollo del concepto del
conocimiento acerca de la ciencia o la noción de la tecnología de base
científica, se limitan a enfatizar unos aspectos concretos que ya estaban
englobados o implícitos en las definiciones anteriores.
Extraído de
PISA 2006MARCO DE LA EVALUACIÓN
Conocimientos y habilidades en Ciencias, Matemáticas y Lectura
No hay comentarios:
Publicar un comentario